sábado

Los Preparativos

Los Preparativos
La idea surgio de Fon. El plan era hacer parte del Camino de Santiago para probarnos y el año próximo realizar el Camino Francés desde Roncesvalles. Me gustó la idea desde el principio aunque tuve momentos de duda, sobre todo por los días que iba a permanecer fuera.
Los motivos de decantarnos por salir desde Oviedo fueron los siguientes:
1/ el número de etapas coincidía con lo previsto
2/ no repetiríamos etapas el año próximo
3/ el Camino era atrayente por su recorrido
4/ teníamos alternativas para desplazarnos (tren y autobús).
Así fue como nos decidimos por el trayecto Oviedo-Santiago de Compostela, lo que no teníamos muy claro era si hacer parte de Camino del Norte o el Camino Primitivo. Al final, un poco a ciegas, nos decantamos por el Primitivo.
Para los preparativo buscamos información en internet, alguna muy útil y otra muy lejana de la realidad. Parte de la preparación fue también entrenar un poco, hacer km para adaptar el cuerpo a las largas jornadas sobre la bici. Estos entrenamientos estuvieron muy lejos de simular las condiciones que nos ibamos a encontrar. Parte de los preparativos fue realizar ajustes en las bicis, bicis por cierto no recomendadas para este tipo de aventuras pero que realmente estuvieron muy por encima de las expectativas.
Para desplazarnos elegimos el Autobús, el medio más económico y práctico para llegar a Oviedo sin problemas.
El Viaje de Partida
5/7/2009
A las 8 estabamos en la estacion de autobuses con la bicicletas perfectamente envaladas para iniciar camino a las 8:30. El autobús era sencillo sin grandes comodidades, con unas pantallas de TV que constantemente dejaban ver aburridos datos de un GPS de los lugares por donde ibamos pasando. Digo aburridos porque estos autobuses circulan a velocidades muy bajas. El conductor era un tipo pintoresco de mal despertar. En Ponferrada fue sustituido por otro de acento extranjero.Con gran puntualidad llegamos a Oviedo a las 15:30, el sol lucia timidamente. Allí montamos las bicicletas y todo el equipaje.Yo había leido que el albergue estaba cerca de la Catedral, así que nos dirijimos alli para situarnos. Después de las primeras fotos en la plaza de la Catedral, preguntamos a unas chicas donde podíamos comer. Nos dieron como opción la calle Gascoña (algo cara) o ir hacia el Ayuntamiento a La Mas Barata. Así fue, en la terraza tomamos unas sabrosas tapas por un precio razonable, a pesar de la hora.Como el albergue no abría hasta las 19h decidimos estirar las piernas un poco, subiendo hasta Santa María del Naranco. A esa hora el cielo ya amenazaba lluvia y cuando llegamos arriba una húmeda capa de niebla empezaba a cubrir el monte.Bajamos con el tiempo suficiente para llegar a las 18:45 al albergue y coger las últimas plazas. Decir que, a pesar de la suerte que tuvimos, este albergue no cumple ninguna de las premisas, pues no respeta la preferencia de caminante ni siqueira el horario, pues hubo personas que se quedaron fuera por estar haciendo tiempo hasta las 19h, por suerte, este no fue nuestro caso.
El albergue para estar en Oviedo, lo cierto es que tiene pocas plazas y es bastante cutre.Con la dormida asegurada, dimos una vuelta por Oviedo y volvimos a cenar a La Más Barata, con tiempo suficiente para cenar y ver con calma la victoria de Dani Pedrosa en Laguna Seca. De ahí a dormir, o a intentar dormir, pues nuestro lugar estaba en la recepción tirados en el suelo sobre una esterilla. A mi personalmente me costo bastante dormir, pero llega un momento que te dejas vencer por el cansancio.





Primer día: Oviedo - Bodenaya

Primer Dia
6/7/2009
A las 5h ya empezaron a madrugar los primeros caminantes, con lo cual el sueño fue corto. Realmente no sé a donde irían tan temprano, pues era noche cerrada y en concreto a este grupo madrugador lo adelantemos a la salida de Oviedo, con lo cual no sé el motivo del madrugón. En el albergue durmió un personaje pintoresco,un chico atabidado con las antiguas ropas de peregrino, parecía un Franciscano, que llevaba calzadas unas secillas chanclas.
Abandonamos el albergue a la 7h para desayunar con calma a la salida de Oviedo. El inicio del camino fue un poco complicado pues nos costó encontrar la pasarela sobre la vía del tren, así que hicimos y deshicimos varios kms. Una vez en ruta nos costo orientarnos pues algunas calles en obra cortaban el camino. Salvados estos obstáculos nos pusimos en camino, orientandonos facilmente, pues el camino estaba bien señalado.Iniciamos un bonito trayecto con costante subidas y bajadas, divertido. Llegamos a la Ermita del Carmen, en un entorno hermoso estropeado por una estación de bombeo¿? de Aqualia. Pronto comprobé que en Asturias también hay estropicios paisajísticos, como viejas bañeras en medio de las fincas como bebederos. Fuimos superando bajadas peligrosas y rampas durísimas (nada que ver con lo que vendría después).Las fuentes eran una constante en el camino. Así llegamos al Puente de los Gallegos, muy antiguo y con una estatua encima bastante absurda. Iniciamos así la ascensión hacia la Escamplera, donde el Camino empezó a pedirnos decisiones. Optamos por seguir el antiguo camino, con lo cual abandonamos la carretera para bajar por una senda en constante pendiente hacia un rio. En mi ignorancia creía que sería un camino más fácil que discurriría por la margen del rio. Al poco tiempo nos alejamos del rio para ascender como pudimos unas durísmas rampas que como curiosidad tenían trozos de guardarailes a modo de desagüe en algunos tramos. Llegamos a un descansillo exhaustos, con lo cual repusimos fuerzas con algo de comida. De ahí continuamos un buen rato subiendo hasta la cima. En conclusión dimos un rodeo de unos 2 km para no avanzar nada, pero eso sí, mantenernos fieles al camino original.Desde el alto iniciamos un tramo muy divertido en constante bajada. Los paisajes a cada metro iban sorprendiendonos. Bajamos hasta el nivel del cauce del Nalón. Pasamos por una zona que no recuerdo su nombre, que era un falso llano convertido en una gran huerta, sobre todo de habas. El camino es este tramo discurria por un margen del rio Nalón. Aún quedaban restos de un invierno que debío ser duro, pues nos encontramos algún árbol cruzado en el camino. En este tramo recibí una llamada de teléfono ofreciendome un trabajo. A esta hora ya ejerciamos como peregrinos deseando buen camino a todos aquellos que adelantábamos. De ahí por un bonito camino llegamos a Grado, donde nos entretuvimos un rato viendo el FEVE y al jefe de estación perfectamente uniformado. Aprovechamos no sin dificultad para aprovisionarnos, pues al haber feria los Domingos, el Lunes practicamente no abre nadie.Con suficientes viveres iniciamos una larga y dura subida hacia el albergue de... La subida fue muy dura. Cuando llegamos al albergue este estaba vacio y nosotros teníamos muchas ganas de descansar y reponer energías. Era mediodía y el primer contacto con el camino había sido más duro de lo esperado, pero teníamos la esperanza de que lo fácil vendría después. Que ingenuos.Comimos unos bocadillos contemplando el Valle de Grado. Después de descansar lo justo iniciamos la subida hacia la Iglesia.. del Fresno. Aunque asfaltada, la estrecha carretera tenía unas rampas exigentes, capaces de consumir las calorías que habíamos acumulado hace unos minutos. Esta Iglesia no recuerdo de que siglo era, lo que si recuerdo es que había sido destruida por los franceses y luego reconstruida. ¡¡Ya hay que tener ganas de subir tan arriba para tal conquista!!.En este punto, los papeles que teníamos nos decían que iniciabamos una peligrosa bajada, sobre todo en invierno... los sentidos se ponen alerta y cuando llegas al primer tramo te dices, debe ser este, cuando llega el segundo dices es este y cuando llega el tercero te vuelves a dar cuenta otra vez de lo ingenuo que eres pues siempre queda una parte más difícil... bajamos de continuo atravesando pequeños pueblos, una cantera, etc... el último tramo hasta Cornellana es una bajada por un camino de cabras y agua con grandes piedras... en uno de estos tramos después de soportar grandes vibraciones pierdo una alforja que con gran suerte queda atrapada en lo matorrales de un gran desnivel... de no ser así la hubiera perdido definitivamente, pues era imposible el acceso. Con más prudencia finalizamos la bajada. Recuerdo adelantar a dos grupos de caminantes. Me llamó la atención una pareja en la que la chica ya cojeaba hostensiblemente.Llegamos a Cornellana y nos dirijimos al albergue al lado del Monasterio. Cuando llegamos sólo había un chico polaco y una señora alemana, con lo cual no pudimos sellar la credencial. Volvimos un poco hacia atrás para sellar en una tienda típica de pueblo, donde puedes comprar aceite, el periódico o sellar una quiniela. La chica que nos atendió nos advirtió de lo que nos quedaba por delante, según ella más duro que lo recorrido. Ya aunque la escuché con atención no la creí.Así fue, iniciamos una larga ascensión, con tesón y ganas de llegar a Salas, punto previsto de final de etapa. Durante la ascensión iba tan concentrado en la subida que me salté una desviación. Gracias a que una señora muy amable me grito varias veces: ¡¡¡ Camino de Santiago!!! ¡¡¡Camino de Santiago!!! recuerdo que al principio hice un breve saludo con la mano, pero ante su insistencia decidí dar la vuelta y ver que pasaba. Me comentó que me había saltado la desviación. En un primer momento sentí alivio y agradecimiento, pues me evitaba un trozo de subida, al poco rato ya maldecía a la señora por habernos regalado otro tramo de gran dureza entre piedras.En este momento ya había anotado que alguno tópicos no eran ciertos. No es cierto que estos caminos discurran por las rutas más favorables, como las Calzadas Romanas. Después de todo, la información que tomas de internet o tienes baremos claros para valorarla o no te sirve de nada.Cuando llegamos a Salas después de 9 km de subida, las piernas ya estaban castigadas y recuerdo que a la entrada del pueblo no hacía más que fijarme en los restaurantes pues me apetecía darme un buen homenaje. Llegamos al albergue de Salas y estaba completo, sólo tenía 6 plazas. Las alternativas eran volver atrás a otro albergue o avanzar. Hicimos una llamada para comprobar si en el siguiente tendríamos plaza. No nos garantizaron nada, aún así avanzamos. Salas es un pueblo que te decepciona a la entrada, pero que esconde en su interior una gran riqueza arquitectónica.Salimos de Salas por un camino que discurría paralelo a un rio en una pendiente continua e inacabable. Al poco tiempo nos dimos cuenta que Fon había pinchado, en principio optamos por hinchar la rueda y ver si aguantaba. Al poco rato tiramos la toalla y nos pusimos a cambiar la cámara. En este momento la preocupación aumentaba, pues debían de ser las 20 horas largas y no sabíamos el tiempo que tardaríamos en llegar al siguiente albergue.Continuamos subiendo con la única certeza que la subida acababa en un tramo de carretera. Escuchabamos los coches pero la carretera no aperecía. Así estuvimos subiendo largo tiempo, en silencio. La última rampa fue de gran esfuerzo pujando por la bici entre las piedras y con cuidado de no resbalar. Menos mal que arriba nos encontramos una estampa simpática. El típico local "Nenas" que te recuerda Airbag.Continuamos un tramo por carretera para volver a desviarnos hacia la izquierda por un tramo de ascenso resbaladizo. Desde ahí en ligero descenso bajamos como flechas hasta el albergue, adelantando sin contemplaciones a un padre y su hijo, conscientes de que su cama podía ser nuestra cama.Cerca del albergue nos cruzamos con un grupo de señoras que nos recibieron con un "no creo que tengáis sitio". Cuando llegamos estaban a punto de cenar. Nos duchamos y cenamos una rica ensalada y pasta con atún. Antes de acostarnos decidimos la hora de despertar para desayunar juntos. No hubo acuerdo. El grupo de señoras optaba por madrugar a las 6h. Querían imponer su opinión. Al día siguiente fueron las últimas en levantarse ante la perplejidad de todos. También hay de estos personajes en el camino, personas que envían sus mochilas en taxi, o van alternando tramos a pie con recorridos en bus. Una forma de turismo low cost. Dormimos espléndidamente. Este albergue, el de Bodeyana fue el mejor de todo el camino. Limpio, bonito y con servicios como secadora, chimenea y un trato muy amable.

Segundo día: Bodenaya - Berducedo

Segundo Día
7/7/2009
Por cierto en el albergue de Bodeyana coincidimos con un polaco que vivía en Valencia, unos ciclistas de Cuenca y Toledo (Talavera de la Reina), un Irlandés, una chica de Sudáfrica...Después de desayunar pan, mermelada y café iniciamos el Camino con un día que amenazaba lluvia. Nos aprovisionamos en un Super en la Espina, pueblo que estaba en fiestas. Pronto empezamos a tomar decisiones. Mientras caminantes y bicis seguían por carretera, nosotros optamos por respetar el Camino. Entramos en una zona donde nos humedecimos entre las hierbas altas, para iniciar un camino rompepiernas lleno de zonas de barro y agua. En los primeros tramos de la mañana no tocamos ningún pueblo, con lo cual fue un acierto haber comprado a primera hora. La incidencia que más nos perjudico fue el barro que bloqueaba los frenos y te obligaba a comprobar su funcionamiento antes de cada bajada. Así llegamos a Tineo e iniciamos una continua subida por un camino difícil. Pasamos por un locar pintoresco, adornado con banderas de la CEE y del PSOE, desde donde se divisaba Tineo, parecía un reducto de milicianos. En la subida nos cruzamos con una pareja de ingleses, sorprendente comunicativos para ser ingleses. Nos contaron que habían partido el dia 1 de Junio de Irún y que iban haciendo el camino con calma, parando en las principales ciudades. Continuamos camino hasta lo alto. En la cima, yo me volví a caer cuando me entruve viendo un montón de ropa en el suelo. En mi imaginación y mareado por el esfuerzo, creía que era ropa de los Peregrinos que después del esfuerzo de la ascensión se desprendían de ella.Nos detuvimos en lo alto a comer, con unas vistas preciosas. Nada más arrancar me di cuenta que el soporte de las alforjas estaba destrozado, menos mal que Fon llevaba bridas.Descendimos por un camino divertido. Antes de llegar a Borres paramos a comer en Casa Herminia. Este momento casi merece un capítulo aparte por lo que significó para muchos. Comimos empanada de atún, sopa de cocido, unos pocos de calamares y carne estofada. De postre arroz con leche y macedonia. Me llamó la atención que la señora te configuraba un menú a su gusto sin opción, así a cada comensal. Recuerdo comentar con Fon lo alucinante que era encontrar en un sitio como ese una persona con tanta vocación comercial. Lo que a esa hora eran alabanzas a última hora de la tarde eran ganas de matarla.
Arrancamos con cierto retraso, pero sobre todo con la incertidumbre de lo que nos quedaba por delante, sobre todo con los incidentes del día anterior.Cuando llegamos a la intersección con la Ruta de los Hospitales, tomamos la decisión que deseabamos. Herminia nos había dicho que eran unos pocos metros de ascensión con unas vistas preciosas. Decir que esta Ruta prácticamente está en desuso, pero gracias a Herminia se esta recuperando.Lo que ocurrió de aquí en adelante hasta el final del día es difícil de describir.
Iniciamos unos primeros tramos de subidas y bajadas, hasta llegar a un punto donde iniciamos una continua subida que no tenías certeza de donde iba acabar. Poco a poco nos fuimos alejando de cualquier murmullo de vida humana, para adentrarnos en paraje sólo habitado por ganado salvaje. Subimos calculo que 3 horas de forma continua, parando varias veces a comer y siempre con unas nubes que amenazaban lluvia. Subida tras subida por un trazado épico por donde nunca imaginé que podría subir pujando por una bici. Cuando creíamos haber llegado al objetivo, los Hospitales, nos felicitamos por el éxito, fotos, videos, risas... lo peor es cuando levantamos la mirada y empezamos a buscar por donde se continuaba. La única opción posible era subir unas rampas de piedras sueltas, bestiales... Ni el mejor guión de una película hubiera estado más logrado. De ahí a la cima fue avanzar 5 metros y descansar, avanzar y descansar... con momentos de duda con una única conclusión: sólo podíamos seguir. Estaba exhausto y seguía proucupado por el cielo que amenazaba lluvia. En la cima encontramos el esqueleto de un caballo. Fueron momentos de soledad en los que cada uno recurrío a lo que pudo para no bajar los brazos. Fon con los cascos puestos cantaba como un loco. Desde ahí continuamos por las laderas de la montaña por un camino marcado con estacas de madera pintadas de amarillo. No quiero imaginarme coronar el alto y que te sorprenda la niebla, pues apenas la única referencia que tienes en la distancia es la próxima estaca. En leve descenso llegamos hasta el Alto del Palo a 1.105 metros. Que gran alegría pues yo no tenía la certeza de si con la ruta que elegimos salvábamos este alto. Lo que era alegría pronto se convirtío en nueva adversidad. El descenso era de todo menos un camino. Pues bajabas por un camino de piedra medio sentado, con el freno clavado y resbalando con cuidado de que el peso de las alforjas no te girase la bici y te arrastrase en caida. Fue tan largo el descenso que se te dormían las manos de tanto frenar. Terrible. Así llegamos a una nueva fase del camino, la cual recordé no nos habián recomendado, pues el camino se interrumpia con verjas que los lugareñas ponían para el ganado. Nuevos obstáculos que se repetirián. Pedaleamos y pedaleamos con ganas de encontrar algo que nos dijese donde estabamos y a cuanto del próximo albergue. Creo que nunca me alegré tanto de encontrar un cementerio, si había muertos había vivos. Antes nos habíamos encontrado con un grupo de 4 chicos y 1 chica extranjeros que tenían pensado dormir a la entemperie, acojonante pues la noche prometía fria.A esa hora ya íbamos enrabietados, deborando metros, con lo cual los últimos kilómetros los hicimos como balas.Llegamos al albergue y estaba a tope. Fuimos al bar de la persona que lo regentaba y sin mucho entusiasmo sólo nos adelantó los problemas que tendríamos para dormir. Algo me decía que allí los peregrinos non eran bien recibidos. Cuando salíamos del bar se nos acercó un chico (uno de los Heroes del Camino) que nos comentó que el se iba a quedar en una casa de turismo rural cercana, donde les dejaban dormir en el suelo por un módico precio. Alli nos fuimos y preguntamos por la dueña. Apereció otra figura del Camino: la Aprovechada. Nos quiso convencer que la única opción que teníamos era dormir en una habitación que tenía libre y pagarle 15 euros cada uno. Lo cojonudo es que no nos ponía ni las sábanas. Yo empecé a vacilar con que por lo menos nos daría la cena. Apareció el marido, al que había visto el bar y que no dijera ni "mu". Algo no me gustaba de aquella encerrona. Con sigilo y disimulo regresamos al albergue, donde encontramos sitio en el suelo de la cocina.Conocimos a una pareja de Canarias que también había sido víctima de Herminia. Estaban cabreadísimos.Nos duchamos y salimos a cenar. Sólo pudimos tomar un poco de leche. En este pueblo los Peregrinos no eran bien recibidos.Me costo dormir. Entre el suelo y el dolor de piernas no encontraba la postura idónea. Encima del albergue vivían unos niños que no dejaron de montar bulla no se hasta que hora.

Tercer día: Berducedo - Fonsagrada

Tercer Día
8/7/2009
Era raro que con las piedras que habiamos pisado ayer las ruedas no se viesen afectadas. Esa mañana Fon tenía la rueda desinchada. Pronto nos dimos cuenta que la cubierta estaba destrozada, con un corte. Este si que era un revés importante, pues desconociamos a cuantos kilómetros podría estar el primer taller de bicis. Parcheamos la cubierta como pudimos, yo por previsión anoté los telefonos de dos taxistas que se anunciaban.
Más tarde de lo esperado y después de desayunar iniciamos el camino. La moral estaba algo baja, pues la avería nos limitaba e incluso podía arruinarnos el viaje. Abandonamos Berrucedo subiendo un gran rampa para ir en descenso hasta la Mesa. Es curioso, la información que tienes de las etapas te hace pensar que los puntos de inicio y final son poblaciones más o menos significativas. En este caso La Mesa eran 4 casas y un albergue. Después de La Mesa subimos 3 km de fuerte pendiente hasta un parque eólico. A continuación tocó el descenso más largo del camino. Por un camino con todo tipo de matices bajamos hasta el embalse de Grandas de Salime. Hierba, cercas, rampas de piedra, pendientes laterales de vértigo... A mitad de camino paramos a comer algo en compañía de la pareja canaria y otra de Barcelona. Ya en el embalse las indicaciones decían que tocaba subir 6 km por una buena carretera. Se hacía largo e ibas contando los metros casi uno a uno. Cuando quedaban 2 km yo iba sin agua y me acerque a la izquierda a lo que parecía una fuente, no era más que un desvío del camino, por un sendero estrecho con todo tipo de obstáculos. De ahí hasta el final fui jugando a los adelantamientos con un peregrino alemán. En los falsos llanos yo le adelantaba y en los repechos u obstáculos el a mi.Cuando llegué a Grandas lo primero que hice fue preguntar si había un taller de bicis, negativo, y buscar una fuente para coger agua. Me senté, descansé y tomé algunas notas mientras llegaba Fon. Eran las 12:50. Nos recomendaron un sitio para comer, Pensión A Reigada. Muy recomendable. Comimos bien, un buen plato de lentejas e hígado encebollado, con una deliciosa tarta de piña de postre. Excelente comida. Como era habitual salimos de seguido y como era habitual nos recibieron unas rampas durísimas. Después tuvimos suerte de ir por un camino llano de buen firme que transitaba por zonas de bastante sombra, pues a esa hora hacía calor. A pleno sol iniciamos la ascensión al Alto del Acebo, por una carretara que en algunos tramos estaba en obras, lo que dificultaba la ascensión. Cuando creíamos estar en lo alto, el camino se desviaba a la izquierda por una rampa de piedras interminable y con algunas zonas valladas por medio. Una vez superado el alto pasamos por la zona donde se hermanan el Camino Gallego y el Asturiano, de ahí descendimos hasta el hospedaje del Alto del Acebo. Otra sorpresa y otra vez nos sonríe la suerte. La vieira que simboliza el Camino, no indica de la misma forma en Asturias que en Lugo, de ahí que en este punto hubiese aparente contradicción entre la vieira y las flechas.
Todo se soluciono preguntando. La primera impresión del Camino Gallego es que está más cuidado pero peor señalizado. Ese primer tramo parecía una autopista de senderismo, de ahí que perdiese parte del encanto. Los últimos km hasta Fonsagrada los hicimos deprisa. A la entrada de a Fonsagrada nos llenamos de mierda hasta las orejas, pero mierda 100% mierda. Llegamos con tiempo para comprar la cubierta que necesitabamos y lavar las bicis. Nunca habíamos llegado tan temprano al albergue, aún así estaba completo, menos mal que un señor muy amable nos habló de dormir en las instalaciones de Protección Civil. Otra vez nos volvía a sonreir la suerte y por fin dormiamos en literas.Esa noche tuvimos ocasión de conversar con dos señoras que estaban haciendo el Camino en solitario. Una, de Barcelona comentaba que cada persona vive el Camino de una manera diferente con lo cual las conclusiones varían mucho. La otra, Suiza, estaba haciendo ya el Camino de vuelta y comentaba la enorme dificultad, pues no estaba señalizado para los que regresaban, cosa que en Centroeuropa era habitual, pues todo el mundo hacia la ida y la vuelta... Esa noche hacía frío. A las 21.30 estabamos dormidos.

Cuarto día: Fonsagrada - Lugo

Cuarto Día
9/7/2009
Nos despertamos a las 6:30, preparamos todo y subimos a desayunar a Fonsagrada. Nos pusimos en marcha pasadas las 8h. Como siempre iniciamos con duras rampas. Poco después iniciamos un descenso divertidísimo por un sendero estrecho, limpio, sin piedras que nos permite ir a gran velocidad. Fue una alegría, pues los primeros tramos por Galicia del día anterior eran bastantes decepcionantes, pues el camino parecia un carril de servicio de la carretera, sin ningún encanto.
A medida que pasan los días el Espiritú del Camino nos va invadiendo a base de lecciones, no sé si espirituales pero afines a la vida cotidiana: Nunca te confies. Prepárate siempre para lo peor. Se prudente. No cantes victoria antes de tiempo. Guarda siempre un caramelo porque lo vas a necesitar. No te precipites con las conclusiones. Confia que siempre aparece lo que buscas. Así fue, después de subir y bajar, enterrarnos en el lodo... empezamos a tener hambre. Tiramos y tiramos buscando una panadería y apareció el coche del panadero. Fue en Dagolada. Desayunamos al lado de una fuente en un prado después de charlar un rato con un señor muy amable. Se notaba que empezabamos a conocer el Camino, esas señales que te va enviando, de ahí que siempre nos anticipásemos a las rampas más duras con el estómago lleno. Así fue, avanzamos con tesón hacia Cadavo (Baleira). Sellamos la credencial en el albergue de la localidad, que por cierto a las 13:30 ya estaba lleno, algo que no entiendo.Compramos provisiones y comimos un poco de pulpo. Reiniciamos pronto la marcha, sólo preocupados del posible calor, pues hoy hacia buen día. El camino hacia Lugo se hizo muy llevadero. Nos cruzamos con uno de los heroes del Camino, aquel chico madrileño que nos había ayudado en ..., que había dormido ayer con nosotros en Fonsagrada y que hoy se había levantado a la 4:30 y aprovechando la luna llena iniciara una etapa que estaba a punto de finalizar de 62 km. Todo un héroe. Como decía a las 18:30 estabamos entrando en Lugo. Tuvimos que subir una inexplicable rampa de escaleras antes de llegar a los pies de la Muralla. A unos km de Lugo el Camino nos había enviado otra señal. Alguién habia limpiado la maleza de camino, dejándola sobre este secando, haciendo que los tojos se convirtieran en alfileres. Ya en el albergue, tuvimos que esperar un tiempo para saber si teníamos sitio. Aquí si se cumplían todos los criterio de prioridades para dormir. Caminantes antes que ciclistas, longitud de etapas, ruta seguida... todo muy ordenado. Tuvimos la suerte de dormir en una habitación para nosotros sólos, la reservada a minusválidos.Nos duchamos con el tiempo justo para acudir a misa en la Catedral. La ceremonia fue muy vistosa, finalizando con una pequeña procesión. Salimos con el tiempo justo para tomar un bocadillo y llegar al albergue antes de su cierre. A dormir.

Quinto día: Lugo - Pedrouzo

Quinto Día
10/7/2009
Nos despertamos a las 7h después de dormir profundamente. A las 8.10 estabamos en Camino después de tomar un completo desayuno. Esta parte del Camino era fácil, sólo había un detalle que me llamaba la atención y que a veces dificultaba la marcha. En función del Ayuntamiento por donde circulases el pavimento del camino cambiaba... tierra, graba, arena, piedra... no sé en que afectaría a los que caminaban pero a los ciclistas ir sobre arena blanda nos impedía rodar con facilidad e incluso mantener el equilibrio.
Como decía el Camino parecía fácil hasta que mi presagio del día anterior se fue cumpliendo. Nos empezamos a encontrar otra vez matojos secos en el suelo y los pinchazos se empezaron a suceder hasta convertir la etapa en un calvario. Todo lo que habíamos avanzado con rapidez lo fuimos perdiendo entre pinchazo y pinchazo. Utilizamos las camaras de repuesto y pronto empezamos a utilizar los parches. Todo esto nos generó dudas y desconfianza, con lo que la moral se desinfló un poco.Entre el km 69,5 y 67,1 nos perdimos el uno del otro. Yo entré por un tramo que llamaba la atención por lo limpio que estaba. Me encontré con un señor que me explicó que estaban restaurandolo porque habían descubierto restos de una calzada. Era arqueólogo de origen francés pero lo suficientemente identificado con Galicia para estar frustrado. Me explicó la diferencia entre las calzadas romanas y los caminos peregrinos. Los primeros buscaban la efectividad, el camino más fácil, los segundo la línea más recta... también le llamaba la atención el poco amor de los paisanos por el Patrimonio.
La etapa de hoy fue la más larga, 83 km, puede parecer mucho, pero nada comparado con las etapas que se marcaba el ciclista de Melilla con el que nos encontramos, que venía desde Irún haciendo etapas de 160 km, aunque siempre por carretera.Después de un tramo rompepiernas llegamos a Arca, donde los albergues estaban a rebosar y habían habilitado el pabellón municipal para dormir. Nos duchamos en agua fría y a cenar. Esa noche me costó dormir, por el cansancio y lo duro que estaba el suelo. En el Pabellón había varios grupos grandes. Uno en concreto de Badajoz, debia estar cercano a 50 unidades. Venían de un pueblo y eran chicos que habían celebrado la Confirmación.

Sexto día: Pedrouzo - Santiago de Compostela

Sexto Dia
11/7/2009
Son las 6.30 de la mañana. Hoy si nada sucede llegaremos a Santiago de Compostela. Durante la noche en la penumbra con los ojos abiertos clavados en el techo del pabellón pensaba en las experiencias vividas y por donde empezaría si lo tuviese que contar y no lo sé. Tenía razón aquel peregrino que decía que cada uno vive el mismo Camino de diferente forma, dependiendo de su momento vital, de lo que espera, de lo que se encuentra y de lo que interpreta.
Yo personalmente creo haber vivido el Camino y con el Camino. Aprender a interpretar sus señales, no las orientativas sino aquellos mensajes que funcionan como alertas. A medida que pasaban las días eras capaz de preveer lo que te quedaba por delante, guiarte sin mapas y no temer los obstáculos. A equivocarte, a volver a equivocarte y a no temer los errores. A tomar los caramelos de uno en uno y a guardar siempre uno. A confiar siempre en que el Camino cuando lo más lo necesites te regalará un caramelo. A que la Suerte es Suerte, pero también un cúmulo de circunstancias que se asocián gracias a pequeñas decisiones acertadas. A echar mano en los momentos difíciles de aquellas cosas que te dan vida y te estimulan. A que la armonía en el tandem o en el grupo nos engrandece y multiplica nuestras fuerzas.
Desayunamos tranquilamente en O Pino, en la Cafetería-Pastelería O Che. Unos enormes platos de pasteles y sólo te cobran los cafés. Un sitio muy recomendable aunque tengas que ir a propósito.
El día estaba cubierto por un manto denso de niebla, que te humedecía como si fuese lluvia. Yo llevaba la rueda pinchada y cada poco paraba para darle aire, pretendía llegar así a Santiago. Me hubiese gustado no haber pinchado el día anterior, para poder alabar plenamente el rendimiento de una bicicleta que en poco supero los 200 euros y que aguanto la dureza del camino con gran fortaleza, sin grandes desajustes. Increible.
Este tramo del Camino era una procesión de interminable de Peregrinos que con ilusión todos te saludaban con un vigoroso "Buen Camino". Después de alguna leve subida llegamos al Monte do Gozo, estuvimos un buen rato esperando a que la niebla se disipase y nos permitiese ver las torres de la Catedral, no fue posible. Felices y repasando mentalmente las experiencias del Camino avanzamos hacia Santiago. Cuando llegamos hacía un sol espléndido y había un ambiente muy animado. En la Plaza de Obradoiro estaban con los preparativos para el concieto de Lou Reed. Descansamos tumbados en el suelo contemplando la Catedral con gran satisfacción. Después de un intento fallido de conseguir la Compostelana acudimos a la Misa del Peregrino. Momento de emociones. Durante 30 min. van citando los grupos llegados desde esa mañana y su origen. Ahí te das cuenta de la Universalidad del Camino, del enorme intercambio cultural que fluye y la enorme oportunidad que para Galicia representa... Durante la ceremonia participan diversas hermandades y finaliza con el Botafumeiro. Momento de grandes abrazos y de una satisfación y felicitación común.De ahí fuimos a obtener la Compostelana y a reunirnos con nuestra familia... Es un momento de alegría por ver a aquellos que son el motor de tu vida y de algo de nostalgia por alejarte del lugar donde te reencontraste contigo mismo.... Continuará